El secreto de una vida larga es un tema ampliamente debatido desde hace bastante tiempo. Llevar una dieta saludable y practicar ejercicio físico moderado son la base para lograrlo, pero… ¿y si tomar una copa de vino al día también ayudase? Eso es lo que afirma un estudio llevado a cabo por la Universidad de California (Estados Unidos) desde el año 2003, llamado The 90+ Study, que ha analizado los factores que llevan a las personas a vivir más de 90 años.
Durante estos 18 años, los investigadores analizaron los hábitos diarios de 1.700 nonagenarios y cómo estos afectaban a su salud. Y descubrieron que aquellos que consumían un poco de alcohol, como podía ser 1 o 2 copas de vino al día, tenían un 18% menos de probabilidades de sufrir una muerte prematura. ¿El motivo? Ni siquiera los investigadores tienen una respuesta. Según la neuróloga Claudia Kawas, directora del estudio, la mayoría de los estudios que se llevan a cabo sobre el consumo de alcohol, incluido The 90+ Study, son observacionales, por lo que solo pueden confirmar que se trata de algo relacionado con la bebida, que está asociado con la salud y la longevidad. “No tenemos una explicación, pero creo firmemente que un consumo moderado de alcohol mejora la longevidad”, ha asegurado la Dra. Kawas.
Lo cierto es que los resultados del estudio han sido claros: el porcentaje de muerte prematura se reduce más en las personas que beben un poco de vino que en aquellas que hacen 45 minutos de deporte al día. Esto nos lleva a pensar… ¿tendremos asegurada una vida más larga si hacemos las dos cosas?
Contra el envejecimiento, la salud cardiovascular o la depresión
El vino cuenta con compuestos antioxidantes que protegen el organismo del daño causado por los radicales libres, ayudando a prevenir el envejecimiento celular, por lo que esa podría ser una de las claves de estos beneficios.
The 90+ Study no es la única investigación que ha demostrado la relación entre el consumo de vino y la prevención de enfermedades relacionadas con el envejecimiento y son muchos los científicos que aseguran que, a dosis bajas, es decir, entre 1 y 2 vasos diarios, es potencialmente beneficioso para la salud.
Un estudio llevado a cabo por el Departamento de Farmacología de la Universidad de Harvard, también en Estados Unidos, aseguraba que el resveratrol presente en el vino incrementa la actividad de la proteína SIRT1, conocida como el “gen de la longevidad”, que protege al organismo de ciertas enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Otro estudio, llevado a cabo en la Escuela de Medicina de la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos) también concluyó que las personas que consumen vino de manera regular son más propensas a vivir a los 85 sin pérdidas de facultades mentales. Y los investigadores de la Universidad de Texas Medical Branch, el Capital Institute of Pediatrics en Beijing y la Universidad de Shandong en Jinan (China), recopilaron datos sobre los patrones de consumo de salud de más de 333.000 estadounidenses adultos, descubriendo que los consumidores moderados de vino sufrían de menores tasas de muerte por enfermedad cardiovascular.
En España, el mayor estudio que se ha llevado a cabo sobre nutrición, llamado PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), también recoge que las personas que toman una copa de vino al día (o entre 2 y 7 copas por semana) eran menos propensos a sufrir depresión. De hecho, esta podría ser la razón que explicase las diferencias en la incidencia de depresión entre los países europeos con niveles más bajos, como en España, Italia o Grecia, y mayores en los países del norte de Europa.
Así pues, ya sea para prevenir la depresión, el envejecimiento, la salud cardiovascular o mental, para vivir más años o, simplemente, para disfrutar mientras compartimos una copa de vino con amigos o familia, hay razones más que suficientes para incluir el vino en nuestros hábitos de vida saludables. Eso sí, como nunca nos cansaremos de recordar… ¡siempre con moderación!
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