Ahora que hemos dado la bienvenida al otoño y se avecinan días más frescos, os queremos hacer una propuesta original y divertida para reunir a amigos y familiares en torno a vuestro hogar: una cata de vino en casa. Preparad todo lo necesario y disponeos a pasar una velada de lo más interesante. ¡Tomad nota!
La preparación de la cata
Para empezar, vamos a decidir cuántas personas van a acudir a la cata de vino para elegir todos los elementos necesarios en función de los asistentes. Lo ideal es que no seamos menos de 6 personas, para escuchar opiniones diferentes, pero tampoco más de 12 (salvo que dispongáis de un salón enorme y una cristalería digna de un Palacio Real).
Lo siguiente es elegir bien el tipo de vino que vamos a tomar. La elección la podemos hacer en función a diferentes criterios:
- Vinos de una misma región o de una misma Denominación de Origen: por ejemplo, Castilla-La Mancha. Podemos elegir diferentes variedades, ya sean blancos o tintos, que estén producidos en la misma región.
- Vinos de una misma bodega: podemos centrarnos en las diferentes propuestas de una misma bodega (como Bodegas Alcasor), para diferenciar unas y otras.
- Vinos de una misma variedad de uva: por ejemplo, Tempranillo o Syrah, elaborados por diferentes viticultores para apreciar las diferencias en cuanto a elaboración de vino.
- Vinos de una misma añada: elegimos una añada y buscamos diferentes vinos que se hayan elaborado en ella.
- Cata vertical: podemos coger diferentes añadas de un mismo vino y comprobar las diferencias entre unos y otros o cómo han evolucionado.
- Vinos blancos o vinos tintos: podemos elegir solo blancos, solo tintos, solo espumosos, etc.
- Cata ciega: podemos optar por una cata ciega, es decir, aquella en la que los participantes no saben qué vinos están tomando. Para ello, tendremos que tapas las botellas con papel de aluminio (para que no se distinga el nombre ni ningún dato del vino) y las numeraremos para poder escribir la nota de cata de cada uno.
Una vez que hemos elegido qué tipo de cata vamos a hacer, tenemos que elegir los vinos y las cantidades. Cada botella de vino puede dar para una cata de, aproximadamente, 10 personas porque, recordemos, se trata, precisamente, de catar, no de empezar a beber copas de vino como si no hubiera un mañana.
También tendremos que disponer de las copas para la cata de vino. En este artículo, os hablábamos de los tipos de copa más adecuados para cada vino y os puede servir de guía para elegir las que necesitáis para vuestra cata. Lo ideal sería una copa para cada vino pero, si no disponéis de tanta cristalería, podéis escoger una que sea versátil y enjuagarla las veces que sea necesario.
Tenemos que disponer también de un mantel blanco o de unas servilletas blancas, para que nos sirvan de ayuda, como veremos, en la Fase Visual de la cata. Por supuesto, necesitaremos un sacacorchos y, en caso de que sea aconsejable por los vinos que hemos elegido, un decantador.
Para terminar, pondremos papel y lápiz para que los participantes puedan tomar sus notas. Si tenemos tiempo, nos lo podemos “currar” un poco, haciendo una nota de cata con el nombre del vino, la añada, la DO, las fases de la cata y dejando espacio para que los participantes las vayan rellenando.
Consejos para la cata de vino
A la hora de hacer la cata de vino, buscaremos un lugar donde dispongamos de buena luz para poder ver los matices de color de los vinos y, sobre todo, que esté libre de olores y de perfumes, para que no interfieran en la Fase Olfativa. Es decir, nada de floreros con flores frescas, ni velas perfumadas, etc.
Los vinos tendrán que estar a la temperatura adecuada, tanto los blancos como los tintos. Si vamos a catar blancos, podemos disponer un recipiente con agua y hielo para mantener la temperatura durante la cata.
Estableceremos, desde el principio, el orden de la cata, empezando por los vinos más suaves y terminando por los más complejos.
Y, por qué no, podemos preparar un maridaje con determinadas tapas que nos ayuden a potenciar el sabor de los vinos.
Por último, si tenemos la posibilidad, nos haremos con una nota de cata de la propia bodega que elabore los vinos para comparar, a posteriori, si nuestras impresiones han coincidido con las de los enólogos que los han elaborado.
Fases de la cata de vino
Una vez que dispongamos de todo lo anterior, iniciaremos la cata de vino, que se lleva a cabo en tres fases: Visual, Olfativa y Gustativa. A grandes rasgos, esto es lo que se determina en cada una de ellas:
- Fase visual: en ella observamos el color del vino, así como otras características, como la limpieza, la transparencia, etc. Para ello, inclinaremos la copa en un ángulo de 45º sobre una superficie blanca (mantel o servilleta) para apreciar sus tonos.
- Fase Olfativa: se hace, a su vez, en dos fases, la primera, a copa parada, para extraer los aromas más sutiles del vino; y la segunda, moviendo un poco la copa (con movimientos circulares) para que se desprendan todos los componentes aromáticos, tanto los primarios, que proceden de la variedad o variedades de uva con que están elaborados, como los secundarios, que llegan de la fermentación, y los terciarios, que llegan con la crianza.
- Fase Gustativa: para terminar, se toma un pequeño sorbo de vino y se hace circular por toda la lengua, para apreciar todos los sabores. Mientras tenemos el vino en la boca, podemos aspirar un poco de aire y soltarlo por la nariz para apreciar los aromas. Después lo tragamos. En esta fase notaremos los sabores, el postgusto y las sensaciones que permanecen en la boca una vez que lo hemos tomado.
Os dejamos con una pequeña ayuda: estos son algunos de los aromas primarios, secundarios y terciarios que podemos encontrar en el vino, aunque… ¡hay muchos más!
Con estas indicaciones… ¿quién se anima a organizar la próxima cata de vino en su casa?