Cuando compramos vino para tomar en casa o para invitar a nuestros amigos o familia cuando vienen de visita, tenemos que tener en cuenta que las condiciones de conservación que demos a las botellas en nuestro hogar son importantísimas para garantizar el estado óptimo del vino a la hora de degustarlo. Por eso hoy os vamos a dar una serie de consejos prácticos para la conservación del vino en casa en perfectas condiciones hasta el momento de su consumo.
Hay seis factores que debemos tener en cuenta a la hora de conservar el vino en casa: la temperatura, la luz, la humedad, la posición de la botella, los olores y las vibraciones o ruidos intensos. Vamos a conocer mejor cada uno de ellos.
Temperatura correcta de conservación del vino
Las altas temperaturas son uno de los mayores enemigos del vino. Por eso, sobre todo ahora que llega el verano y los termómetros se disparan, tendremos que buscar un lugar donde las condiciones sean favorables. La temperatura ideal para la conservación del vino se encuentra entre 11 y 14ºC, aunque muchos de ellos se mantienen también correctamente hasta los 18ºC. Por encima de esas temperaturas, nuestros vinos empiezan a sufrir las consecuencias. Tampoco les va bien sufrir cambios bruscos de temperatura. Lo ideal, por tanto, sería conservarlos en una nevera específica para vinos, si tenéis la oportunidad de disponer de una. Allí podemos mantener una temperatura constante y óptima.
La luz, otro de los enemigos del vino
La incidencia de luz directa es otro de los grandes enemigos del vino, ya que deteriora tanto el color como los aromas. Así pues, buscaremos el lugar de la casa más oscuro, ya sea una alacena (teniendo en cuenta el tema de la temperatura que mencionábamos), un trastero o un cuarto interior en penumbra. Si lo disponemos así, la conservación del vino será mucho mejor.
Un poco de humedad para evitar problemas
Los ambientes excesivamente secos no son buenos amigos de los vinos, ya que el corcho tiende a resecarse y se vuelve demasiado poroso. Sin embargo, tampoco es bueno que tenga una humedad excesiva porque podría ocurrir lo contrario, es decir, que aparezcan mohos que estropeen nuestro vino. Así pues, intentaremos que esté en un lugar con una humedad media y constante, en torno al 70%.
La posición: el vino debe conservarse tumbado
Si queremos garantizar la conservación del vino en casa, tenemos que procurar mantenerlo tumbado. De este modo, el líquido permanece en contacto con el tapón de corcho, lo que permite que éste se conserve húmedo y herméticamente cerrado.
¡Malos olores fuera!
Precisamente, la porosidad que caracteriza a los tapones de corcho puede provocar que se infiltren en el vino olores que haya en el ambiente. Así, guardarlo en la cocina o en un garaje expuesto al humo del tubo de escape del vehículo o en un cuarto de la limpieza, junto a productos como lejía o amoniaco, no sería la mejor elección. ¡Busquemos un lugar libre de olores fuertes!
Ante todo mucha calma
Pensemos en nosotros mismos… Cuando estamos descansando huimos de los ruidos o de los golpes, ¿verdad? Pues el vino necesita lo mismo para mantenerse en perfectas condiciones de conservación. Golpes bruscos o vibraciones pueden romper las moléculas que lo componen, enturbiar los aromas y transformar nuestro vino en algo que no queremos, así que… quizá ese sitio junto a la lavadora tampoco sea la mejor opción. ¡Ah!, por cierto… Al vino tampoco le gustan mucho los paseos, así que con el que va del supermercado o desde la tienda online a casa es suficiente, procurad mantenerlo después en el mismo sitio.
Tened en cuenta también que hay vinos con crianza que se pueden conservar durante más tiempo pero que otros vinos más jóvenes o, por ejemplo, los blancos, es mejor consumirlos enseguida. Además… ¿para qué compramos un vino si no es para disfrutarlo? En definitiva, si seguís esta pequeña guía de consejos del conservación del vino en casa, seguro que lo degustaréis en las mejores condiciones. ¡Salud!